La UICN, tanto en su programa actual como el propuesto, reconocen la necesidad de restaurar la integridad ecológica de los paisajes de producción. La agroecología es una práctica que requiere menos agua y no utiliza productos agroquímicos, generando beneficios ambientales positivos reales, como la conservación de la biodiversidad, la protección de las cuencas hidrográficas y la resiliencia al cambio climático. 

Para la Naturaleza (PLN) alinea sus actividades y acciones con este componente de la UICN y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a través del Programa de Agroecología, que se estableció hace más de dos años con la intención de proporcionar alivio económico a los agricultores cuya infraestructura y cultivos se vieron afectados por el huracán María. Gracias a las contribuciones de organizaciones como PR x PR y Rotary International, se otorgaron micro donaciones entre USD 1,000 y USD 5,000 a más de 100 agricultores y procesadores locales. La razón de este programa responde a un doble motivo.

Por un lado, Puerto Rico abandonó el monocultivo agrícola extractivo sin reemplazarlo por una alternativa que brinde seguridad alimentaria a sus tres millones de habitantes. Por otro lado, el Caribe insular es amenazado por huracanes casi seis meses al año, la agricultura ecológica o restaurativa tiene la ventaja de ser más resistente a estos eventos. En Puerto Rico, las granjas que se recuperaron más rápidamente fueron las que implementaron prácticas agroecológicas. La agroecología se caracteriza por su menor escala y su mayor capacidad para recuperarse de desastres naturales porque combina cultivos con diferentes grados de susceptibilidad a eventos climáticos extremos. Las granjas más pequeñas no solo se recuperan más rápido, sino que también son más eficientes, más productivas y menos dependientes del exterior.

La inversión en agricultura agroecológica, con la ayuda de PLN, está comenzando a dar sus frutos. Desde que las cadenas de supermercados comenzaron a abarrotarse tras el anuncio de toque de queda por el COVID-19, la distribución de alimentos empezó a verse limitada y menos accesible para los puertorriqueños. Como respuesta a las restricciones de horarios, el cierre de operaciones de ciertos negocios y el temor al contagio ante la exposición, un grupo de agricultores comenzó a reflejar un aumento en el volumen de pedidos de cosechas locales y agroecológicas. Entre todo, se vislumbra una transformaciónón en el comportamiento de los consumidores y un camino más asequible hacia la agricultura sostenible. 

La agricultora Tadilka Rivera, propietaria de la Micro Finca en Camuy, ha notado un nuevo crecimiento en las ventas y el consumo local: “Con el COVID, muchísima gente nueva se ha hecho cliente ayudando a que conozcan que en su comunidad hay un agricultor y que no necesariamente tienen que ir a hacer sus comprar a los supermercados.” 

Fello Pérez, de la granja Campesino Apoyo Mutuo en Utuado, también notó un aumento del 50% en los pedidos de sus cultivos y un auge en el consumo de productos regionales y entregas a la región montañosa. Tanto Pérez como Rivera usan el mismo modelo de entrega: una canasta de productos de temporada llena de vegetales verdes y de raíz, frutas, especias y jarabes. Como dice Fernando Maldonado de Finca Carite 3.0 en Guayama, estas canastas son una excelente herramienta para fomentar las relaciones de confianza entre los agricultores y los consumidores. El consumidor tiene mayor disposición a comprar localmente, incluso aunque cueste un poco más, porque es una forma de invertir en el país y sobre todo, se obtienen alimentos más frescos.

Para el coordinador de agroecología de PLN, Salvador Coleman Tió, en tiempos de crisis, los agricultores y los pescadores son la primera línea de defensa para alimentar a la población en caso de cualquier interrupción en las cadenas de suministro de alimentos. La agricultura en Puerto Rico, de la mano de PLN, no solo va por el camino correcto y paralelo a las metas de UICN, sino que busca solventar esta vulnerabilidad, mientras adelanta la conservación y la restauración de tierras en uso agrícola, fomentando así una economía sostenible. 


Sobre el autor 

Para la Naturaleza

Entidad privada sin fines de lucro que tiene como misión proteger los ecosistemas naturales y humanos de las islas de Puerto Rico e inspirar a las personas a actuar como custodios de la naturaleza y el patrimonio. Para la Naturaleza facilita experiencias transformativas en la naturaleza, conserva terrenos de alto valor ecológico, fomenta la toma de responsabilidad por los recursos naturales e impulsa política pública para su protección. La organización maneja sobre 35,000 acres de terreno de alto valor ecológico en las islas de Puerto Rico, opera cinco viveros de árboles nativos y cinco centros de visitantes.

 

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