A nivel internacional, los manglares empiezan a ser reconocidos por su capacidad a almacenar carbono, y su protección se considera cada vez más una pieza importante del rompecabezas para mitigar y adaptarse al cambio climático. A pesar de su importancia, los manglares se enfrentan a muchas amenazas, como una tala intensiva para la producción de madera y carbón vegetal, el desarrollo costero, la contaminación y la acuicultura, esta última a menudo impulsada por la demanda internacional. Entre 1980 y 2000, alrededor del 35% de los manglares han desaparecido. Creciendo sólo en el estrecho margen entre la tierra y el mar, así como en los estuarios, los manglares cubren alrededor de 15 millones de hectáreas de área costera tropical y subtropical en todo el mundo, es decir aproximadamente el 0,1% de la masa terrestre mundial. Sin embargo, debido a su capacidad para almacenar de 3 a 5 veces más carbono por hectárea que los bosques terrestres, el 10% de las emisiones globales de carbono causadas por la deforestación se deben a la pérdida de manglares.
En la región occidental del Océano Índico, cuatro países (Kenia, Madagascar, Mozambique y Tanzania) albergan el 99% de los manglares regionales. Allí, la iniciativa Save Our Mangroves Now!, una asociación entre el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Wetlands International, con financiación del Ministerio Federal Alemán para la Cooperación Económica y el Desarrollo (BMZ), ha estado trabajando desde 2016 para detener e invertir la pérdida de manglares. El objetivo de la iniciativa es trabajar para conservar, restaurar y utilizar de manera sostenible los ecosistemas de manglar en beneficio de las personas y la naturaleza, a nivel local y mundial. Más recientemente, la iniciativa se ha centrado en llevar los manglares a la vanguardia de las políticas regionales e internacionales. A través de estos objetivos, contribuirá al logro de la Agenda 2030, del Acuerdo de París y de las metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica, así como de sus sucesores.
En la región, los socios de Save Our Mangroves Now! trabajan para aumentar los compromisos nacionales y regionales con la conservación de los manglares para lograr una pérdida neta cero para 2030 y, por lo tanto, garantizar que los manglares continúen brindando sus servicios ecosistémicos vitales a las comunidades costeras. En 2020 se realizó una cartografía regional de los manglares para establecer una línea de base que detalle el estado de los manglares, y se llevaron a cabo talleres de creación de capacidad, por ejemplo, en la forma de un taller de capacitación de capacitadores sobre restauración de manglares y creación de capacidad legal. Además, unos estudios regionales sobre los marcos jurídicos e institucionales que rigen los manglares y el papel socioeconómico de los manglares en la región tienen como objetivo subrayar la importancia de la gestión sostenible de los manglares para los encargados de formular políticas. Un proyecto exitoso cartografió los manglares y el carbono almacenado en ellos en el bosque de manglares más grande de Kenia, antes inexplorado, en el condado de Lamu. Estos esfuerzos han contribuido al reconocimiento del papel fundamental que desempeñan los ecosistemas marinos y costeros, a través de la inclusión de los manglares en las Contribuciones Determinadas a Escala Nacional (CDN) actualizadas de Kenia en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 2020, y el desarrollo de estrategias nacionales sobre manglares. Se siguen haciendo nuevas aportaciones al Marco Mundial para la Biodiversidad post-2020 en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, incorporando así los compromisos regionales a la agenda normativa internacional.
Una característica única de la iniciativa Save Our Mangroves Now! es la combinación de trabajo político a escala regional e internacional. Se necesitan estrategias nacionales para proteger los manglares locales de cualquier explotación insostenible y, al mismo tiempo, permitir que las comunidades costeras sigan utilizando los recursos disponibles de manera sostenible para su subsistencia y seguridad alimentaria. Sin embargo, los compromisos internacionales también son vitales para crear condiciones marco para la conservación de los manglares, y para llevar el conocimiento y las necesidades de los países con grandes extensiones de manglares a la mesa de políticas internacionales. Debido a su capacidad para mitigar el cambio climático, los servicios ecosistémicos que proporcionan los manglares se extienden más allá de las comunidades locales y, por lo tanto, su protección es de interés para todos.
Sobre el autor
Dr. Laura Puk es ecóloga marina y conservacionista. Trabaja en WWF Alemania, coordinando los componentes regionales de la iniciativa Save Our Mangroves Now!. Antes de unirse al WWF, Laura trabajó en temas de políticas marinas en la Comisión Europea y obtuvo su doctorado estudiando la ecología de los arrecifes de coral en Palao y Australia.