Como indígena Macushi, también he sido testigo de esto en mi país, Guyana. En 2011, Guyana introdujo una nueva legislación sobre áreas protegidas, así como un Fondo Fiduciario para Áreas Protegidas (PATF, por sus siglas en inglés). En ese momento también se establecieron dos nuevas áreas protegidas: el Área Protegida de las Montañas Kanuku (611.000 hectáreas) y el Área Protegida de Shell Beach (123.000 hectáreas) para la protección de tortugas marinas, humedales y poblaciones importantes de especies en peligro de extinción. Mientras tanto, los pueblos indígenas de Guyana están pidiendo que se designen más tierras indígenas, una situación en la que la creación de nuevas áreas protegidas a menudo se percibe como un obstáculo.
Sin embargo, Guyana, su gente y más específicamente sus pueblos indígenas han proporcionado al mundo un modelo para la reconciliación de las tierras indígenas y las áreas protegidas nacionales. Tras la promulgación de la Ley amerindia en 2006 por parte del parlamento de Guyana, se declararon y delimitaron varios territorios indígenas. El título indígena más grande (y con diferencia), un área de casi 648.567 hectáreas en el sur profundo del país, fue otorgado al pueblo Wai-wai. Los Wai-wai de Guyana son apenas 300 personas y viven en una sola aldea, Masakenari. La mayoría de los Wai-wai viven en el vecino Brasil (en tierras indígenas Wai, Mapuera y Trombetas), mientras que algunos también residen en Surinam.
Cuando se aprobó la legislación sobre áreas protegidas de Guyana en 2011, los Wai-wai expresaron su deseo de incluir todo su territorio en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, respetando todas sus directrices. Las razones principales fueron asegurar una protección adicional contra intrusos como mineros y madereros y beneficiarse económicamente del Fondo Fiduciario para Áreas Protegidas.
Después de muchos obstáculos, el Área de conservación de propiedad comunitaria de Kanashen se añadió al sistema de áreas protegidas en 2017, convirtiéndose en el Área protegida amerindia de Kanashen (KAPA, por sus siglas en inglés). El área es administrada por un consejo de aldea y un equipo de guardaparques, con la asistencia técnica de la comisión nacional de áreas protegidas. Todos los años se presenta un plan de trabajo y un presupuesto al Fondo Fiduciario para apoyar la realización de actividades y la compra de equipo de seguimiento para la KAPA. Esto representa una gran ayuda para los Wai-wai, ya que proporciona empleo y permite actividades de seguimiento. Sin embargo, no aborda una de las principales preocupaciones de los Wai-wai, ya que los fondos no se desembolsan para actividades culturales y económicas necesarias. Por lo general, los fondos solicitados no se entregan a tiempo, lo que pone a prueba las actividades de gestión y los medios de subsistencia de la población.
En 2020, la pandemia de COVID-19 aumentó las incertidumbres. El consejo de aldea de Kanashen está buscando más fondos para continuar su trabajo para su gente y se acercó al Amazon Conservation Team (ACT). El pueblo propuso la construcción de una casa de huéspedes para atraer a turistas de aventura e investigadores. Este es uno de los proyectos más ambiciosos que haya emprendido la aldea y ACT está con ellos en todo momento. Gracias al estado actual de la KAPA, podemos ver claramente el uso genial de la naturaleza para el desarrollo económico y una forma clara de proteger la biodiversidad para los futuros niños Wai-wai y el país.
En Kanashen, los Wai-wai son los guardianes de la fuente de uno de los ríos más grandes de América del Sur, el río Esequibo. Han asumido el deber de proteger el río al más alto nivel, de acuerdo con las leyes del país. ¡Son un pueblo verdaderamente extraordinario!
Sobre el autor
Jessica George-Joseph, descendiente del pueblo indígena Macushi, nació en la aldea de Moco, en la sabana central de Rupununi en Guyana. Pasó sus primeros años en el pueblo y creció en las estribaciones de las montañas Kanuku, un área protegida.
En 1998, gracias al Programa del gobierno de Becas para Estudiantes del Interior, Jessica pudo atender la escuela secundaria en la ciudad. Una segunda beca del gobierno le permitió estudiar salud animal y salud pública veterinaria. También obtuvo un diploma en teología.
El amor de Jessica por la conservación comenzó en la escuela secundaria, cuando fue miembro de un club de estudio de la naturaleza, y se interesó al trabajo social mientras visitaba comunidades indígenas en toda Guyana. Desde 2012, en el contexto de las áreas protegidas nacionales, Jessica se ha centrado en la creación de capacidad comunitaria y la creación de conciencia, la investigación y la formación de equipos.
En 2012, Jessica se unió al consejo de aldea de Moco Moco, y luego fue responsable de programa para el Grupo Representante Comunitario de las Montañas Kanuku. En 2016, se convirtió en guardaparque de la Comisión de Áreas Protegidas de Guyana y, posteriormente, fue responsable técnica dentro del Departamento nacional de Participación Comunitaria. En 2020, se unió al Amazon Conservation Team (ACT), donde ha iniciado proyectos para ACT en Guyana.
Jessica también ha sido maestra voluntaria a nivel de escuela primaria. Le gusta viajar y aprender de las experiencias de las personas mayores. Está casada y tiene dos hijos.
Acerca de ACT
La misión del Amazon Conservation Team (ACT, Equipo de Conservación de la Amazonia) es asociarse con comunidades indígenas y otras comunidades locales para proteger los bosques tropicales y fortalecer la cultura tradicional. ACT ha estado trabajando sobre el terreno en América del Sur desde hace un cuarto de siglo, principalmente en Colombia, Brasil y Surinam. En 2020, ACT extendió sus acciones a la nación de Guyana para apoyar al pueblo Wai-wai en el área protegida de Kanashen. ACT aplica un enfoque denominado conservación biocultural, en el que la conservación se logra de la mano con las comunidades locales, aplicando el consentimiento libre, previo e informado (CLPI) y trabajando al ritmo de las comunidades.
ACT pide a la UICN y a todos los demás asociados en el Congreso Mundial de la Naturaleza que trabajen mano a mano con los pueblos indígenas y tribales de la Amazonia y más allá, reconociendo sus derechos y aplicando el CLPI. Esto requiere un compromiso a largo plazo sobre el terreno. Se necesita una mayor representación de los pueblos indígenas, incluidas las organizaciones representativas, en todos los niveles de la UICN, para que se pueda desarrollar una visión más común sobre la conservación y los derechos humanos.