La pérdida de biodiversidad y de servicios de los ecosistemas es un asunto que afecta al desarrollo, con un frecuente impacto especialmente para los países más pobres. La naturaleza no nos necesita pero nosotros sí la necesitamos, y sin embargo esos servicios están con frecuencia subvalorados y no suficientemente contabilizados en la planificación del desarrollo.
Consideren lo que está en juego: más de la mitad del PIB mundial está generado por industrias que dependen en gran parte o de forma moderada en los servicios de los ecosistemas, tales como la polinización, el filtrado de aguas y las materias primas.
Más de 3 billones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su ingesta de proteína y sus medios de subsistencia, pero…