La Mata Atlântica es considerada Patrimonio Nacional por la Constitución Federal y cubre total o parcialmente 17 estados brasileños y más de 3.400 municipios. Originalmente, cubría el 15% del territorio brasileño, un área equivalente a 1.310.299 Km2. Tras el proceso de colonización e industrialización del país, sólo queda el 12,4% de los hábitats originales. Si consideramos fragmentos bien conservados, mayores de 100 hectáreas, el número disminuye a sólo el 8,5%. La restauración de la Mata Atlântica debe ser una prioridad e integrarse a la agenda mundial para combatir la crisis climática.
Ante el escenario de emergencia climática, la conservación y restauración de paisajes y ecosistemas se ha convertido en una prioridad a nivel internacional. Muchos estudios muestran que evitar la deforestación de los bosques restantes, conservar la biodiversidad y plantar árboles son unas de las mejores formas de ayudar a combatir y mitigar los efectos del cambio climático.
Considerando los beneficios para la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático, la Mata Atlântica debe ser uno de los biomas más prioritarios del mundo en materia de restauración. Según un estudio publicado en la revista Nature, el bioma forma parte de un grupo de ecosistemas en los que la restauración del 15% de su superficie evitaría el 60% de las extinciones previstas de especies y, al mismo tiempo, secuestraría el equivalente del 30% del CO2 liberado en la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial.
Estamos en la Década de la Restauración y en este contexto Apremavi se presenta con una experiencia de más de 30 años en conservación y restauración. Ya hemos ayudado a crear e implementar varias Unidades de Conservación y a llevar a cabo proyectos de restauración. Todas las plántulas donadas y plantadas en los proyectos son producidas por Apremavi en el vivero Jardim das Florestas.
Para llamar la atención de la sociedad sobre la Mata Atlântica y la necesidad de preservar los remanentes existentes y también restaurar lo que sea necesario, Apremavi lanzó la campaña de movilización “Conservación y Restauración van de la mano”. ¡Únete a nosotros! Cada árbol es importante. Cada plántula cuenta. Cada actividad hace una diferencia. También resaltamos la importancia del trabajo de las mujeres en la restauración. Difundir historias de mujeres protagonistas en la restauración y planificación de propiedades y paisajes es una forma de concienciar a la sociedad sobre la importancia de las acciones de las mujeres para mitigar la crisis climática y promover la plantación de árboles nativos y la recuperación de áreas degradadas. Queremos inspirar cada vez más la participación de las mujeres en esta agenda, y por eso contamos historias como la de la profesora Ercília Leite.
Ercília y el sueño de tener un bosque
Fue en 1996 que Ercília Felix Leite regresó a casa de sus padres, Silveira Felix Leite y Zulmira Guethen Leite, en la ciudad de Taió, estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, para cuidarlos. Dejó su trabajo en la secretaría de la Parroquia de Nossa Senhora das Mercês, en Curitiba (estado de Paraná) y pasó a trabajar como maestra de primaria. Al recibir un pequeño terreno como herencia, su sueño era tener un bosque. Este sueño comenzó a hacerse realidad en 1997, cuando junto con Ewald Heidrich, plantaron las primeras plántulas de árboles nativos. Ercília es una de las socias de Apremavi en los proyectos de restauración de la Mata Atlântica. En total, se sembraron más de 18 mil plántulas de 45 especies nativas. Ercília estima que con la acción de enriquecimiento que ha venido realizando a lo largo de los años y el proceso de regeneración en sí, hoy en día hay cerca de 30 mil ejemplares de flora en la zona.
Se siente muy orgullosa de haber logrado hacer realidad su sueño, y que este sueño sea un verdadero milagro que está trayendo innumerables beneficios: “el agua ha vuelto. Unos manantiales que antes estaban secos han renacido y, hoy, tenemos una abundancia de agua pura que abastece nuestra casa, jardín y huerto. Además, hay animales que ayudan a esparcir semillas de palmera juçara y otras especies. Hay abejas que producen miel, y ya hemos cosechado muchos piñones de las araucarias que se plantaron. Por no hablar de los baños naturales, imprescindibles para la salud. Vivo inmersa en la naturaleza”, cuenta Ercília, quien hoy comparte el cuidado del bosque con su compañero Roberto Odebrecht.
De las 20 hectáreas de la hacienda “Pequeno Paraíso” (Pequeño paraíso) donde viven Ercília y Roberto, 5 son arrozales, y el resto son áreas de restauración, jardines y huertas. Ella cuenta que en la comunidad muchos ya se han inspirado de su ejemplo: “nuestra comunidad ha cambiado mucho. El vecindario cultiva jardines, planta árboles y huertas. Como estaba antes, con la destrucción, no tenía futuro. Hoy, aquí tenemos nuestro paraíso”.
Ercília es una mujer que restaura.
Sobre el autor
Miriam Prochnow es especialista en pedagogía y ecología. Trabaja en el campo ambiental, enfocándose en el monitoreo y en propuestas de políticas públicas, sostenibilidad, educación ambiental y desarrollo institucional. Tiene más de 30 años de experiencia en coordinación de organizaciones de la sociedad civil, ejecución de proyectos de conservación y uso sostenible de recursos naturales y culturales, campañas, desarrollo institucional y producción de materiales y publicaciones, habiendo trabajado con ONG, redes y el Gobierno Federal. Es fundadora de la Asociación para la Preservación del Medio Ambiente y la Vida (Apremavi) y fue Coordinadora de la Federación de Entidades Ecológicas de Santa Catarina (FEEC) y de la red de ONG de la Mata Atlántica (RMA). También ha trabajado en el desarrollo e implementación de programas ambientales y su negociación con diferentes sectores, como el Observatorio del Clima, el Observatorio del Código Forestal y la Coalición Brasileña para el Clima, los Bosques y la Agricultura. Es líder Avina, fotógrafa aficionada y presentadora de los vídeos de Apremavi.