¿Cómo describiría el estado actual de los ecosistemas costeros y marinos?

Creo que estamos viendo una gran motivación para centrarnos en la conservación y restauración costeras y marinas, renovada a raíz de recientes informes, especialmente el informe del IPCC sobre los océanos y la criosfera publicado en 2019, que muestra los impactos del cambio climático en estos ecosistemas y cómo continúan deteriorándose. El desarrollo costero sigue aumentando, las poblaciones siguen desplazándose hacia las costas y la sobrepesca sigue ocurriendo. Además de eso, cuando se añaden los problemas relacionados con la contaminación, en particular la escorrentía agrícola y la contaminación plástica, y los impactos del cambio climático, el panorama no es muy positivo.

Todavía estamos viendo un deterioro de la salud y la abundancia generales de los océanos, y todavía estamos perdiendo ecosistemas costeros (manglares, marismas y pastos marinos) a un ritmo que rivaliza con el de los arrecifes de coral y las selvas tropicales. Cuando hablas con alguien en la calle, todos saben que los corales están muriendo y que el Amazonas está en peligro, pero no entienden que otros ecosistemas costeros también están en una situación similar y se enfrentan a amenazas y pérdidas generales iguales.

¿Cómo afecta el cambio climático a la salud de los ecosistemas costeros? ¿Cómo afecta esto, a su vez, a las comunidades costeras?

El cambio climático está provocando amenazas meteorológicas severas, haciendo que las tormentas sean más intensas y frecuentes. Los ecosistemas costeros son el primer nivel de defensa de una comunidad, al reducir la energía de las olas, absorber las aguas de inundaciones y prevenir la erosión costera, por lo que tener ecosistemas costeros sanos e intactos puede proteger y aumentar la resiliencia de las comunidades costeras. Sin embargo, este beneficio se ve amenazado por el aumento del nivel del mar y la “compresión costera”. La compresión costera ocurre donde hay una alta densidad de población a lo largo de la costa y que, a medida que el nivel del mar va aumentando, los ecosistemas costeros que de otro modo se retirarían tierra adentro y seguirían el ritmo del aumento del nivel del mar se encuentran con comunidades, ciudades o desarrollos costeros y no tienen donde desplazarse. Básicamente, estos ecosistemas son ahogados en el océano.

Los ecosistemas costeros también ofrecen estrategias de mitigación climática, por su alto valor de carbono. Cuanto más los conservemos y los restauremos, mejor podremos mitigar el cambio climático. Los ecosistemas costeros proporcionan una solución potencial y un amortiguador, pero están sufriendo algunos de los impactos más devastadores.

¿Cuáles serían, según usted, algunos de los mayores desafíos para la conservación marina y costera, y qué está haciendo Conservation International para abordar estos desafíos?

Creo que uno de los desafíos principales es la escala del problema: el océano representa el 70% de nuestro planeta, por lo que probablemente no haya mayor problema que tengamos que resolver. Es importante llegar a estrategias integrales que agreguen valor tanto a nivel local para proteger a las comunidades más amenazadas, como también a nivel internacional, con políticas mundiales. ¿Cómo podemos garantizar que los océanos y las costas estén adecuadamente representados en los tratados y convenciones internacionales más generales para que reciban el reconocimiento, el apoyo y la atención que merecen? Cuando se trata del océano, uno de los desafíos es que todo ocurre bajo el agua, por falta de una mejor expresión, y que muchos de los problemas están ocultos.

Sin embargo, estamos empezando a ver un cambio hacia un enfoque en los océanos, y la gente reconoce cada vez más el valor de estos ecosistemas y las muchas amenazas a las que se enfrentan. El desafío ahora es encontrar maneras de aprovechar esta conciencia haciendo que las personas sepan lo que pueden hacer. Conservation International (CI) ha estado trabajando durante muchos años para llevar a la gente a este punto de reconocimiento, y para preparar un plan de acción. Esto ha generado gran parte de nuestro trabajo sobre carbono, nuevamente, buscando estrategias de mitigación climática. Países como Filipinas, Indonesia, México, Brasil, Australia y muchos otros, tienen muchos bienes inmuebles que deberían incluirse en sus estrategias de mitigación, cuando se trata de ecosistemas costeros.

CI también tiene una estrategia de adaptación basada en lo que llamamos infraestructura verde/gris. Nos fijamos en las comunidades amenazadas donde la conservación y restauración de los ecosistemas costeros proporcionaría el mayor beneficio en términos de protección contra las tormentas y el aumento del nivel del mar, y al mismo tiempo, de mejora de la salud de los océanos y de la pesca, y de los medios de subsistencia. Miramos esto en combinación con infraestructura gris (elementos como los diques), siendo conscientes de que no todos los sitios pueden estar completamente protegidos con sólo infraestructura verde. En estos casos, analizamos cómo podemos incluir una cantidad mínima de infraestructura gris para maximizar el impacto de la infraestructura verde y obtener los mejores resultados para proteger a un mayor número de personas.

Finalmente, CI se ha volcado completamente en la conservación de los océanos a gran escala, y estamos buscando aquellos lugares donde los recursos marinos se encuentran actualmente, y adonde estos recursos se moverán bajo los efectos del cambio climático, para proteger realmente esos lugares, ahora y en el futuro, a una escala que realmente haga una diferencia.

El ODS14 aborda la conservación y el uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos. ¿Cómo pueden los países y las comunidades ayudar a implementar este objetivo para mejorar la salud de los océanos?

Diría que a nivel nacional, es importante que los gobiernos comprendan plenamente el valor social, económico y ecológico de los océanos y las costas, y los incluyan proporcionalmente en sus regulaciones y compromisos, sin olvidarse de que existen.

A nivel local, también es importante que las comunidades estén bien educadas sobre la importancia de los ecosistemas marinos y lo que pueden hacer para ayudar. Se puede alentar a las personas a tomar decisiones de consumo que ayuden a los océanos, como preferir productos del mar sostenibles o aprender sobre certificaciones, y reducir su consumo de plástico y huella de carbono.

Creo que los gobiernos deben realmente centrarse en los océanos y las costas al momento de planificar sus metas y acuerdos, e incluirlos directamente en sus planes de mitigación, sus Contribuciones Determinadas a escala Nacional al Acuerdo de París y sus planes de implementación de los ODS, porque los océanos, en particular, han sido infra-representados en esos contextos, en el pasado.

Restaurar la salud de los océanos es uno de los temas del Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN 2020. Si pudiera escoger un tema para abordar durante el Congreso, ¿cuál sería?

Sería algo alrededor de la escala de conservación, y lo que quiero decir es que debemos pensar a una escala a la que nunca antes habíamos pensado. Algunas de las áreas marinas protegidas a gran escala que estamos viendo son excelentes, pero se deben gestionar correctamente y deben tener planes de gestión sólidos y recibir apoyo a nivel gubernamental.

Necesitamos pensar no sólo en una pequeña pesquería, una pequeña comunidad o un ecosistema único. Necesitamos proteger la costa, el litoral y el mar abierto, y para realmente hacerlo bien... el 30X30 (proteger el 30% de los océanos para 2030). Ese sería mi mensaje principal. Necesitamos llegar a esa mayor escala, debe estar basada en la ciencia y debe implementarse de manera efectiva.


Sobre el autor


Jennifer Howard

 

Jennifer es la Directora de Cambio Climático Marino de Conservation International (CI). Su trabajo se centra en establecer mecanismos para conservar los ecosistemas costeros y marinos para proteger a las comunidades costeras vulnerables de las amenazas del cambio climático. En este papel, ayudó a fundar la Alianza Global para los Manglares y representa a CI en su Equipo Estratégico, donde trabaja en estrategias integrales de restauración y conservación de manglares para mitigar y adaptarse al cambio climático, mejorar la biodiversidad y aumentar el bienestar humano de las comunidades costeras más vulnerables. Forma parte del consejo asesor científico de la Asociación Internacional para el Carbono Azul. También dirige la Iniciativa Carbono Azul, un programa mundial sobre ciencia del carbono costero y políticas marinas que trabaja para mitigar el cambio climático mediante la restauración y el uso sostenible de los ecosistemas costeros y marinos. Jennifer también lidera el trabajo de CI sobre desechos marinos, en el marco del cual está desarrollando la estrategia de la CI para desechos marinos, representa a CI como miembro de la Alianza Mares Sin Desechos, y brinda apoyo técnico a los equipos sobre el terreno, en todo el mundo.

 

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