Un aspecto de la conservación del agua dulce que requería nuestra atención era la alta tasa de disminución de las poblaciones de especies y su estado crítico de conservación. El último Índice Planeta Vivo mostró que las poblaciones de especies de agua dulce monitoreadas habían disminuido en un 83% entre 1970 y 2014, sobrepasando con mucho la tasa de disminución de los hábitats marinos o terrestres. También sabemos que 1 de cada 3 especies de agua dulce está, hoy en día, en peligro de extinción. Estas cifras son representativas de la disminución mundial de la salud de nuestros ríos, lagos y humedales. Por ejemplo, se ha demostrado que si todos los proyectos de desarrollo de infraestructuras propuestos en los ríos del mundo van adelante, sólo el 7% del volumen de los ríos de la Tierra, sus arterias, seguirá fluyendo naturalmente.

Junto con estas sorprendentes cifras, también emprendimos nuestra propia investigación y descubrimos que el nivel actual de respuesta de los financiadores, y del propio sector de la conservación, se situaba muy por debajo de esta necesidad urgente. Por ejemplo, vimos que la financiación para la conservación del agua dulce estaba significativamente por debajo de la de otros tipos de ecosistemas y, en parte como síntoma de esta situación, que pocas organizaciones estaban trabajando en la conservación del agua dulce. En particular, nuestro análisis de más de 450 millones de dólares de fondos para la conservación del agua dulce durante cinco años mostró que las especies de agua dulce en sí rara vez eran el centro de los esfuerzos de conservación. Este hallazgo coincide con los de otros análisis que ponen de relieve que la biodiversidad es, a menudo, un foco periférico de los proyectos de conservación relacionados con el agua dulce.

Finalmente, y quizás de forma más importante, las especies de agua dulce representan un grupo verdaderamente maravilloso de flora y fauna, y la salud de los ambientes en los que viven es capital para nuestro propio bienestar. Las especies de agua dulce son casi indescriptibles en su diversidad, con más de 140.000 especies que van desde hipopótamos a peces dorados, patos y libélulas, que dependen de estos hábitats. Muestran adaptaciones sorprendentes y todo un calidoscopio de colores, y son, a menudo, de gran importancia cultural o ecológica. La biodiversidad es fundamental para la salud a largo plazo de los sistemas de agua dulce de los que todos dependemos para nuestros alimentos, agua, saneamiento, industria, bienestar y medios de subsistencia.

El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN 2020, con su inclusión explícita del agua dulce como tema del Congreso, proporciona una plataforma maravillosa para crear conciencia entre los gobiernos, las organizaciones de conservación, las empresas y el público en general sobre la urgente necesidad de un enfoque de conservación más ambicioso en estos ambientes. También ofrece la oportunidad de presentar propuestas significativas que promuevan la protección y el uso sostenible de las especies y los hábitats de agua dulce, en preparación para las importantes negociaciones intergubernamentales de la COP 15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica, más adelante en 2020. Trabajaremos para lograr todo esto junto con una red de organizaciones comprometidas con un mejor futuro para la vida en el agua dulce, durante todo el Congreso y más allá.


Sobre el Autor

Merlin Veron es Analista de Investigación de la Conservación para Synchronicity Earth

 

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